La sexualidad cambia con el paso del tiempo pero no desaparece. Cambian las frecuencias, las intensidades de los encuentros y también el deseo. Se enlentecen los ritmos.
Los hombres necesitan más tiempo para tener una nueva erección y las mujeres se cansan más fácilmente. Pero la capacidad de disfrute permanece.
Los adultos sanos pueden tener una vida sexual satisfactoria siempre. A los 60, 70, 80 e incluso más años.
Debemos desprendernos del viejo mito que privilegia con una vida sexual sólo a los jóvenes y con capacidad reproductiva.
¡El sexo es para todos, sin importar la edad!